En el contrato de la basura el señor Folgueral, causante del problema, no está en condiciones de recriminar nada; si acaso debería pedir perdón a Ponferrada y a sus pueblos.
Sólo por la probada desfachatez de Samuel Folgueral y por la desesperación propia de los estertores de su indecente trayectoria política se puede explicar que se atreva a recriminar algo al actual equipo de gobierno respecto a la situación de la recogida de residuos sólidos urbanos, la limpieza viaria y el mantenimiento de zonas verdes. El que creó el problema más grave que vive esta ciudad no tiene legitimación para abrir la boca, si acaso para reconocer el inmenso daño que le ha causado y aún causa su gestión al frente de la Alcaldía de esta ciudad.
Quiere dar lecciones de gestión la persona que en 2014 unificó dos contratos, el de parques y jardines y el de la basura y limpieza viaria, cuando ya había una propuesta para la adjudicación del de parques y jardines, reduciendo en dos millones el importe de la licitación y obviando una enorme contestación social. En ese acuerdo la empresa que había sido propuesta como adjudicataria del contrato de parques y jardines tendría que explicarnos el porqué de su pacífica sumisión a la unificación de ambos contratos, cuando perdía el importe de uno de ellos. Desconocemos si el señor Folgueral hablaba de ello en las conversaciones que mantenía con el empresario José Luis Ulibarri a través de una línea segura, según se desvela de las actuaciones de la operación Enredadera, pues Seralia, la empresa que se proponía como adjudicataria de las zonas verdes, pertenecía en aquel entonces a dicho empresario.
El señor Folgueral, en su realidad paralela, en su posverdad, pretende ahora presentarse ante la ciudadanía como un hombre de Estado, superdignísimo, pero la memoria le juega una mala pasada. Su trayectoria al frente de la Alcaldía de Ponferrada no fueron sino dos años aciagos que no ayudaron en nada a compensar los despropósitos de veinte años de gobierno del Partido Popular.
El Equipo de Gobierno está trabajando en la gestión directa del servicio de parques y jardines y en la solución transitoria de un contrato a un plazo corto para intentar asumir la gestión directa en la basura y la limpieza viaria. Sin duda está trabajando más concienzudamente para no hacer un contrato como el que hizo el bipartito.
Hay que mirar al futuro, pero sin dejar de vista las experiencias del pasado, para no caer en los mismos errores. Y el pasado del señor Folgueral lo conocemos todos: abandonó el PSOE justo antes de ser expulsado por no estar dispuesto a abandonar el sillón de la Alcaldía, sillón al que llegó con una moción de censura que puso a Ponferrada de nuevo en el centro de la información nacional como un ejemplo de lo que no hay que hacer.
De su gestión como alcalde podemos destacar la anulación por el juez del Pleno que convocó en Sábado Santo para autootorgarse unas dedicaciones muy generosas. Parece que había mucha prisa en tomar esa decisión. En este tema, el Partido Popular tendría que explicar la razón por la cual en el mandato pasado compensó las cantidades que debían devolver Folgueral y algunos de sus compañeros, de tal manera que no devolvieron cantidad alguna, a pesar de la decisión judicial al respecto.

Folgueral y su nefasta actuación municipal también fueron responsables de la pérdida de una subvención del ECYL para planes de empleo por importe superior a 300.000 euros, lo que impidió dar trabajo a un buen número de personas en situación de necesidad. Una subvención que por falta de gestión de la convocatoria tuvieron que devolver cuando ya estaba ingresada en la cuenta del Ayuntamiento.
Igualmente se le anuló uno de los presupuestos que aprobó, el del 2015, el que había logrado aprobar gracias al viaje a Canarias de una concejala del Partido Popular.
En esa espiral de “buen hacer”, también gestionó un Mundial de Ciclismo rechazado por ciudades más importantes que la nuestra y que supuso un quebranto económico para el Ayuntamiento del que todavía nos estamos recuperando. Él afirma que la gestión en este Mundial fue impecable; pues nos tendría que explicar, por ejemplo, por qué acudió a una reunión de la Fundación de Deportes, de la que él ni siquiera era miembro, e intervino en favor de una de las dos empresas que optaban a un contrato de gestión hotelera, la misma a la que finalmente se le dio. También debería explicar por qué se hicieron cambiar los títulos de unas memorias de obras para que no se relacionasen con el Mundial de Ciclismo y las abonase la empresa concesionaria del agua como si fueran obras de abastecimiento o saneamiento.
Y, lamentablemente, también le debemos al señor Folgueral la gestión de este desastroso contrato de la limpieza, hipotecando además a las posteriores corporaciones, pues era un contrato a veinte años, como los contratos a 38 años del Partido Popular. Si es que, en realidad, su gestión tiene bastantes similitudes.
Mientras tanto, Folgueral, en los estertores de su despedida política, seguirá paseándose por la ciudad con la superioridad de quien cree haber sido el creador del mundo, sin darse cuenta del espantoso ridículo que hace con la ejecución de ese papel.
Y por decirle algo a la señora Luna sobre su petición de reparación de baldosines, estamos seguros de que el Equipo de Gobierno trabaja en ello y mejorará la gestión de la operación baldosín del anterior equipo de gobierno, que contaba con su apoyo como concejala de Ciudadanos. Aunque nunca sabremos si dicha operación era de reparación o de rotura de los citados baldosines. Por otra parte, por una vez compartimos las afirmaciones de la señora Luna cuando habla de ciudadanía perdida y de yincana. Suponemos que habla de su trayectoria política.
AGRUPACIÓN MUNICIPAL SOCIALISTA DE PONFERRADA.